jueves, 27 de octubre de 2011

La historia del amor, de Nicole Krauss


Una novela bien escrita que merece ser leída sin los prejuicios que podrían surgir a partir del título, de ciertas sospechas de que los norteamericanos quisieron encumbrar a la Krauss de prepo y de las reseñas que adelantan momentos demasiados “sensibles”. Cierto que tiene partes que rozan, e incluso momentos que caen en lo hollywoodense (de hecho, hace 5 o 6 años, cuando la novela se publicó, la Warner compró los derechos para hacer la película, aunque no encontré información de que finalmente la hayan hecho) pero lo mismo sale airosa, creo que principalmente, porque personajes bien construidos de entrada, resisten, se sostienen, mucho mejor si les toca navegar en medio de episodios vidriosos.
En la trama,“La historia del amor” es el nombre de una novela que entrelaza la vida de los personajes, básicamente de los dos principales, un anciano polaco que huyó del holocausto y una quinceañera huérfana de padre, empeñada en conseguirle nuevo marido a la mamá (la nena se llama Alma, y así la bautizaron sus padres porque Alma era el nombre de la protagonista de “La historia del amor”). La autora organizó la novela en bloques, la mayoría en la primera persona del viejo o de la adolescente, los de ésta en formato diario o carta, así que visual y rápidamente se los identifica, aunque de sobra, porque una de las cosas más elogiables de la Krauss en esta novela, es la habilidad para acertar en los registros, y los tonos, propios de cada personaje, siendo que son tan distintos entre sí, y atención, no lo digo sólo porque de los protagónicos uno es un hombre octogenario y el otro una chica muy joven, sino también porque la autora los imaginó muy singulares y tuvo habilidad para plasmar esa singularidad.
Otro recurso que me gustó, y mucho, es que Krauss intercala capítulos de la novela como si fueran transcripciones de la misma; no son muchos, pero es suficiente para darle al texto una estructura anidada y, lo principal, enriquecerlo con las partes más sutiles y reflexivas de la novela.
También valoro que Krauss no se haya ensañado con la cuestión de la guerra, y más que de la guerra del genocidio judío, sino que ella consigue emotividad con otros recursos argumentales, la mayoría más simples y ligados con otros asuntos de la naturaleza humana, sus dolores y sus alegrías, aunque siendo que el holocausto es fundamento argumental para muchas de las cosas más trascendentes de la trama, supo desarrollar lo sustancial sin morbo y sin apelaciones a caminos demasiado transitados.
Si me pongo muy purista, le quitaría algunas escenas y desarrollaría más otras, vería de que fuera menos intrincada para aventar riesgos de inverosimilitud, y bajaría un cambio en el final, para mi gusto y volviendo al principio, lo más Hollywood de la novela, pero nada bastante para dejarla pasar.

1 comentario:

Myriam dijo...

Y era lo que dije...una mamushkanovela... Que suerte.