lunes, 19 de diciembre de 2011

Gutiérrez a secas, de Vicente Battista


Una novela escrita con mucho oficio, y en un estilo que, además de tener el sello Battista, posibilita leerla entreteniéndose mucho, con urgencia por seguirla, tanto en las partes cadenciosas como en aquellas donde la trama, acercándose al final, acelera su ritmo.
Y a propósito del final, la novela termina desembocando en un fantástico con cierta cuota de suspenso, quizás inesperado pero para nada injustificado, al contrario, diría que le asiste absoluta lógica al oscuro Gutiérrez, un personaje muy bien fabricado con sólo media docena de rutinas, un par de comportamientos de su historia y un modo de reflexionar, que sin cansar Battista reitera y recuerda con frecuencia a lo largo del texto.
Por lo dicho, Gutiérrez, que se gana la vida como escritor fantasma, es por lejos protagonista excluyente que se roba el interés del lector, aunque tienen lo suyo y contribuyeron al gusto con que me leí “Gutiérrez a secas”, Marabini, su editor (notables los diálogos cuando le recibe o le encarga textos), Requejo, su único amigo (rarísima amistad, de hecho solamente hablan cuando se cruzan accidentalmente en la calle, nunca se visitan a domicilio ni programan encuentros a tomar café), Ivana, una antigua novia real (y digo “real” porque también hay en la vida de Gutiérrez otras dos mujeres, Dolores y Margaret, muy trascendentes para él pese a que ambas pertenecen al mundo virtual de la computación e Internet), y también los correctores de la editorial, elevados en el texto a nivel de lo fantasmal, lo secreto, lo temido, tan importantes para la cabeza de Gutiérrez que precisamente el final se precipita desde que el personaje tiene un contacto cercano con ellos.
Para terminar, me copio de una reseña de Carlos Gazzera “robada” de La Voz del Interior: “Gutiérrez a secas remite a un espacio donde la literatura se propone hablar de algo que está más allá de las insatisfacciones propias de la literatura misma". Y también recomiendo la reseña que en su momento hizo Saccomanno en Página 12: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-301-2002-09-30.html

martes, 6 de diciembre de 2011

Cómo desaparecer completamente, de Mariana Enriquez


Novelaza. Que ya esté saldada me da mucha contradicción, por un lado me parece una tremenda injusticia para una obra tan buena, pero por el otro permite que por unos pocos pesos se la encuentren y puedan disfrutarla muchos de los que hurgamos en las mesas de saldo.
Aunque el texto tiene partes con diálogos, bien dosificados y bien logrados, a la historia la cuenta prevalentemente un relator en tercera persona, al que Enriquez le da una voz precisa, ajustada y prácticamente confundida con la que uno imagina la propia voz de Matías, el protagonista excluyente de la novela, un adolescente viviendo en una verdadera casa de locos, y no me extiendo en por qué es una casa de locos, para que cada lector, como a muchos personajes y episodios, lo vaya descubriendo en la secuencia y con la progresión que eligió la autora, una elección clave para que el texto funcione tan bien como funciona.
La trama de “Cómo desaparecer completamente” responde a una construcción exquisita que invita a leerla sin ganas de parar, es muy imaginativa, densa de la densidad buena, con muchas capas que van revelándose a medida que avanza la novela, y algo muy interesante, los hechos que van acaeciendo en el presente se intensifican conforme se van produciendo las revelaciones de hechos del pasado, hasta llegar a un final muy abierto, con varias resoluciones posibles para que uno lector reponga, desde la más triste y sangrienta hasta la más rosa y emotiva.
Pero lo principal a destacar, y creo que por eso, de todo lo que leí este año, esta novela está entre lo que me más me impactó, es cómo esta chica Enriquez me desató, sin necesidad de apelar a golpes bajos ni escenas truculentas, una lástima tremenda por el nenito Matías, y una emotividad enorme por el adolescente Matías, tan agobiado, tan encerrado, tan desesperado.